El mapa del antisemitismo
El mapa del antisemitismo en el mundo es complejo… y variable. Así lo demuestra la reciente actualización de una encuesta realizada en 2014 por la Anti-Defamation League, en más de cien países. A los encuestados se les planteaba once afirmaciones, con las que debía manifestar su acuerdo o desacuerdo. Afirmaciones como las siguientes: “Los judíos son más leales a Israel que al país (o países) en el/los que viven”; “Los judíos tienen demasiado poder en el mundo de los negocios”, “Los judíos hablan demasiado de lo que les ocurrió cuando el Holocausto”.
Los resultados son procesados para conseguir una media por país, desglosada, en cada pregunta, por género, edad y religión.
De los resultados del estudio se deduce, por ejemplo, que un 29% de la población española, 11 millones de personas, mantiene actitudes antisemitas, lo que es algo más que la media de los países europeos encuestados (24%): bastante más que casi todos los países europeos con los que nos solemos comparar (Gran Bretaña -8%-, Italia – 20%- o Portugal -21%-), aunque menos que Francia -37%- y mucho menos que Grecia, que alcanza, con un 69%, un record en actitudes antisemitas, algo que resulta interesante si se relaciona con la fuerza que ha adquirido allí el nacionalismo hostil a la Unión Europea. Probablemente, de relacionarse los dos datos se encontrarían más relaciones entre una actitud y otra, en toda la Unión: desde los votantes y simpatizantes del Front National en Francia a los de Podemos en España.
Los países latinoamericanos se mueven, en general, en una franja superior a la de los países europeos (superior al 30%), lejos del muy bajo antisemitismo de Estados Unidos (9%) y Canadá (14%) y Brasil (16%).
La actualización realizada en mayo de este mismo año aporta algunos datos interesantes.
Las actitudes antisemitas se han reducido en aquellos países en los que los judíos han padecido ataques terroristas. Comparada con la encuesta de 2014, la preocupación acerca de la violencia antisemita se incrementó en un 20% en Francia (atentados contra Charlie Hebdo y el Hypercacher), en un 31% en Bélgica (atentado contra el Museo Judío de Bruselas) y en un 33% en Alemania. Francia resulta particularmente importante por albergar la mayor comunidad judía, y la mayor comunidad musulmana de toda Europa.
La disminución se debe, claro está, al horror que en la opinión pública han suscitado estos atentados, pero también, como se ha dicho, a la actitud de los gobiernos, que han dejado claro que no hay espacio alguno para tolerar las actitudes que trivializan y acaban justificando la violencia antisemita. Esta hipótesis, probable, indica la importancia que tienen ante la opinión pública las actitudes de los líderes y las instituciones, y en consecuencia la importancia de mantener un nivel de exigencia alto en este punto.
No siempre ocurre así. Hay países donde el antisemitismo ha aumentado entre 2014 y 2015, por ejemplo en Rumanía (47% en 2015, frente al 35% el año anterior), Italia (29% frente al 20%), y los Países Bajos (11% frente al 5%).
Otro punto interesante es que la Anti-Defamation League se ha esforzado por investigar el antisemitismo entre los europeos musulmanes. Los resultados indican que los europeos musulmanes presentan actitudes antisemitas (55% de media) en mayor proporción que el resto de los europeos. Aun así, las cifras son considerablemente menores que las referidas a los países árabes o de mayoría musulmana, donde casi nunca bajan del 80% salvo en países como Egipto (75%), Arabia Saudí (74%), Turquía (69%) o Irán (56%). (El caso de Indonesia, con un 48%, siempre resulta particular). El hecho indica al mismo tiempo la importancia del medio pero también la consistencia de determinados prejuicios y formas de pensar. Queda insinuada otra vez la necesidad –y la utilidad- de aumentar el compromiso en contra del antisemitismo por parte de los poderes públicos.
Parece innegable, sea lo que sea, la oleada de simpatía que los atentados han suscitado hacia los judíos en la opinión pública de los principales países europeos. Ante la afirmación de que “la violencia contra los judíos en (su) país afecta a todo el mundo y es un ataque contra su forma de vida”, un 78% de los alemanes mostraron su acuerdo, como lo hicieron un 77% de los franceses y un 68% de los belgas.
El Medio, 07-07-15