Qué piensan los neocon españoles

GEES (Grupo de Estudios Estratégicos), Qué piensan los “neocon” españoles. 20 años de análisis estratégico. Madrid, Ciudadela Libros, 2006, 269 páginas.

 

Los lectores de Libertad Digital conocen bien el Grupo de Estudios Estratégicos. El GEES, como se le suele llamar, publica en estas páginas una columna diaria de análisis político: seguridad, política interior y reflexión acerca de la situación internacional y el papel de España.

 

Las columnas del GEES tienen la virtud de no pasar desapercibidas. Siempre resultan interesantes, a veces provocadoras, con una información abundante y una perspectiva de fondo basada, obviamente, en una reflexión larga y sostenida. ¿Qué será eso del GEES?, se habrá preguntado más de un lector curioso.

Casi todos se habrán asomado a la página web del grupo, que acumula una prodigiosa cantidad de información, material y opinión fundamentada y bien argumentada. Ahora tenemos la ocasión de ampliar el conocimiento del grupo con un libro de título provocador: Qué piensan los “neocon” españoles. 20 años de análisis estratégico.

Se trata de una síntesis muy apretada de ideas y reflexiones, publicada para conmemorar la fundación del GEES hace ahora veinte años. Conviene subrayar este primer punto. El GEES es una suerte de think-tank o grupo de reflexión financiado con fondos privados. No es una ONG más, de las muchas que a pesar de su apelativo de “organización no gubernamental” reciben sobre todo dinero público. Su aportación al debate de ideas, completamente altruista, se nutre del esfuerzo de unas cuantas personas y de la ayuda de otras. Los encargos profesionales sobre estudios de seguridad, cuando los hay, sirven para financiar la reflexión y la discusión, que luego se refleja en las columnas de Libertad Digital, en la página web o en las apariciones de algunos de sus miembros en diversos medios de comunicación, como La Razón.

Uno de los atractivos de este libro, en particular de los textos introductorios, es precisamente conocer cómo ha sido posible este auténtico milagro en una sociedad como la española, tan poco dada al esfuerzo altruista, independiente, encaminado a la aportación y la propuesta de ideas.

Una de las claves está en la amistad. Los componentes del GEES, como en parte los “neocon” norteamericanos de los que ahora toman el nombre, forman un grupo con algunas reglas explícitas y muchas informales. Se basa en la lealtad y en la confianza. Hay gente del mundo universitario (Manuel Coma o Florentino Portero), especialistas en seguridad (Rafael Bardají), profesionales de la defensa y también políticos (Ignacio Cosidó, por ejemplo). A todos ellos les une esa relación personal mantenida a lo largo de muchos años, una relación que permite la circulación de ideas, la toma casi instantánea de posiciones comunes y, sobre eso, la integración de nuevos miembros. Porque el GEES, y este es otro milagro que se refleja en las páginas de este libro, ha sido capaz no sólo de mantenerse, sino también de ir ampliándose con personas que comparten, más allá de las ideas, un mismo temple moral. Véanse las extraordinarias aportaciones de Óscar Elía Mañu incluidas en este libro.

En el terreno de las ideas, el GEES se ha venido centrando sobre todo en el terreno de la seguridad. El volumen incluye documentos, como uno de 1987, de antes de la caída del Muro de Berlín, que sigue siendo de actualidad. La reflexión sobre la situación provocada por el derrumbamiento del socialismo real manifiesta la misma perspicacia y desemboca lógicamente, sin contradicciones, en los análisis acerca de la realidad actual, la de la guerra contra el terrorismo tras los ataques del 11 S.

Habrá, por supuesto, quien no esté de acuerdo con muchas de las ideas aquí desarrolladas. Pero es imposible negarles su consistencia, su seriedad. Y es que en el fondo de la actitud del GEES late una toma de posición más profunda, más o menos compartida por cada uno de sus miembros, acerca de la realidad. Este núcleo ideológico, político y moral no siempre se ha hecho explícito. Lo viene siendo cada vez más.

Está claro que lo que está en juego en la guerra contra el terrorismo islámico y, en España, en la defensa de la patria y el Estado de derecho ante la ofensiva del social-nacionalismo va mucho más allá de una simple cuestión de seguridad. Compromete toda una forma de ver el mundo, y también nos compromete individualmente a cada uno de nosotros. En este punto, la reflexión de los miembros del GEES, como las de los “neoconservadores norteamericanos, se está convirtiendo en un punto de referencia.

Conocemos la caricatura que ha prevalecido en los medios de comunicación europeos. Los “neocon” vendrían a formar una especie de secta más o menos secreta y conspiratoria de derecha extrema, que dirían Zapatero o el Sr. Pepiño. La broma resulta, además de pesada, autodestructiva. También aquí se puede no compartir del todo los principios y los valores de la visión “neoconservadora”. Pero a la hora de tomar posiciones ante el colapso moral de las sociedades occidentales, en particular las europeas, es imposible ignorar las aportaciones del grupo en cuanto al papel del Estado, la necesidad de reconstruir algunos grandes consensos morales, los medios requeridos para esta tarea o el papel de la religión.

Más “tocquevillianos” que liberales ortodoxos, los “neocon” –también los “neocon” españoles- plantean así toda una batería de preguntas y desafíos ante cuya gravedad resulta difícil mantenerse indiferente. Es extraordinario que un libro que celebra una longevidad tan notable resulte al mismo tiempo tan próximo, más aún, tan urgente.

Libertad Digital, 01-03-07