Christian Gerhaher: un Brahms radical
Poco navideño se presentaba el nuevo recital del muy admirado Christian Gerhaher, con su fiel acompañante Gerold Huber, en el XXIX Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela. Y así fue, sobre todo en la primera parte, con las Nueve canciones y cantos, op. 32 y los Cuatro cantos serios, op. 121. Entre los dos ciclos, hay un intervalo de más de treinta años, pero los dos testimonian de una seriedad absoluta, un designio de compromiso vital total. Así es como los aborda Gerhaher: sin la menor concesión al adorno y con la seguridad de que la belleza surgirá naturalmente de la radical sinceridad del artista para abordar un campo expresivo en apariencia muy estrecho, pero lleno, en realidad, de sugestiones y matices.
El recorrido por todas las variaciones de la desesperación del opus 32 (“Nunca más volver a verte” o “Me arrastro de acá para allá”, entre otros títulos) culmina con el tono un poco menos sombrío de “Wie bist du, meine Königin” (“Qué deliciosa eres, reina mía”), aunque también aquí la muerte, en brazos de la amada, acabe resumiendo el ideal del artista. Los Cuatro cantos serios llevan esta inspiración hasta el final, con un Brahms enfrentado a una muerte inminente y buscando el aliento poético en la traducción de las Sagradas Escrituras por Lutero. Gerhaher afronta estas páginas con despojamiento y austeridad, sin caer en el melodrama ni en la truculencia: el fabuloso centro de la voz, con ese color, y esa suavidad y esa dulzura tan características, permiten una forma de reconciliación que no se evade del estricto planteamiento expresivo. El drama vital queda trascendido a fuerza de profundidad y de interiorización y permite desbordamientos emocionales puros, de orden casi cósmico. Hace falta un artista como Gerhaher, con su absoluto dominio de la expresividad, para alcanzar estas regiones. (…)
Seguir leyendo en Ópera Actual, 19-12-22