Fabulosa «Sonámbula» (woke) en el Real
Cuando Bellini estrenó La sonnambula en Milán, en 1831, Glinka, que se encontraba entre el público, dejó apuntado que la sala acabó hecha un mar de lágrimas. No ocurrió así en la función del Teatro Real, aunque la gran ovación final demostró que el público actual se interesa por otros asuntos y no presta tanta atención a las expansiones sentimentales. Entre ellas está, sin duda, la prestación vocal extraordinaria que presidió esta reposición (desde el 2000) de una de las obras maestras del género, cumbre absoluta del bel canto.
Nadine Serra debutaba el papel de Amina que culmina por el momento una trayectoria ejemplar, en la que la frecuentación de roles de otro registro (Violetta, Gilda o Musetta) refuerzan su dominio belcantista absoluto. Presenta un fiato impecable que le permite abordar sin problema las largas líneas melódicas de Bellini, un brillo extraordinario en agudos y coloraturas, pianísimos estratosféricos y una facilidad para el filado y los cambios de color. Con todo eso, dio un recital inolvidable, al que le sólo faltó un pequeño punto de emoción. Le daba la réplica el tenor Xabier Anduaga, con un torrente de voz que no hace falta glosar, la misma facilidad que su compañera para apianar y, esta vez sí, una expresividad a flor de piel que combina la belleza y la limpieza del timbre con el control de las dinámicas. La generosidad del caudal, la disposición a lucirlo y el hecho de que la dirección de escena tienda a convertir a Elvino en un estereotipo de masculinidad heteropatriarcal le llevó a algunos imprecisiones ocasionales, poco importantes en realidad. Roberto Tagliavini puso toda su soberana elegancia, la belleza de su voz y su precioso control técnico al servicio de un conde que desmentía el retrato de violador que de él hace la puesta en escena: de hecho, su incredulidad ante la superstición popular que rodea a la protagonista se convirtió en un comentario irónico, y bienvenido, de las pretensiones ideológicas del montaje. Fabulosa la Lisa de Rocío Pérez, la doble en negativo de Amina, en su dificilísimo papel, al que dotó de una humanidad que se agradeció. Otro tanto ocurrió con la mezzo Monica Bacelli, que compuso una Teresa finísima, llena de vida y de compromiso. Muy bien Isaac Galán y Gerardo López.
La puesta en escena de Bárbara Lluch intenta huir del tópico pastoral para caer en el tópico no menor del feminismo al uso. (…)
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Dir.: Maurizio Benini. Dir. esc.: Bárbara Lluch
Nadine Sierra, Xabier Anduaga, Roberto Tagliavini, Rocío Pérez, Monica Bacelli, Isaac Galán, Gerardo López
Orquesta y Coro Titulares del Teatro Real. 15 de diciembre de 2022