Gaza. Ruido y propaganda
La semana pasada, desde la franja de Gazas se lanzaron dos misiles contra Tel Aviv. Fueron interceptados por el sistema de defensa y ahora las autoridades israelíes han decidido ignorar los hechos para no perjudicar las negociaciones indirectas (vía Egipto) con Hamas, la organización terrorista que gobierna Gaza. Se trata de duplicar la ayuda, de 15 a 30 millones de dólares mensuales, y permitir más horas de electricidad.
Nadie se engaña acerca de la posición israelí. No le queda más remedio que intentar mejorar las desastrosas condiciones de vida de la franja si no quiere ver a los iraníes acudir en ayuda de Hamas. Así que la posición oficial de Israel en este asunto deja de lado incluso el atentado con explosivos, a cargo de dos palestinos, en la Tumba de José en Shechem y el asesinato de un soldado y un rabino israelíes en Cisjordania el pasado domingo.
Este es el contexto en el que se va votar en la ONU el informe presentado ante la Comisión de Derechos Humanos. Así es como se puede producir una condena a Israel por haber cometido “crímenes de guerra” durante las llamadas Marchas del retorno, que tuvieron lugar justo en la valla que separa Gaza de Israel el año pasado. El informe da por probadas las muertes de 189 personas, 35 de ellos niños. Hamás tiene la costumbre de colocar a niños al frente de ese tipo de actos. Y las manifestaciones en las inmediaciones de la valla están prohibidas: todo el mundo sabe que de otro modo Hamás llevaría a la población de Gaza a entrar en territorio israelí.
Lo que fue una provocación sangrienta, organizada a conciencia, se va a convertir en un nuevo golpe de efecto mediático a favor de Hamas, la llamada “causa palestina” y en contra de Israel. Según ha explicado UN Watch, el informe no tiene en cuenta la actuación de Hamas, como la incitación al terrorismo y el hecho de disfrazar a militantes de Hamas como civiles. Desconoce la presencia de armas entre los manifestantes. También reconoce, explícitamente, que no se han investigado otros incidentes ocurridos en la frontera por esas mismas fechas. Y absuelve a Hamás de cualquier responsabilidad aduciendo que Hamás no podía interferir en la libre voluntad de los palestinos de Gaza de manifestarse. El informe ignora también los 1.300 cohetes lanzados desde Gaza contra Israel y los quince túneles subterráneos horadados desde bajo la línea de separación, en un territorio donde viven unos 70.000 israelíes.
En resumen, todo lo que va a conseguir es propaganda, ruido y empeorar las cosas.
La Razón, 22-03-19