Compatriotas
Hay palabras que se escuchan muy poco en labios de nuestros socialistas. Y cuando se escuchan, como se escucharon el día 11, cuando por fin el Gobierno empezó a asumir –en parte- el papel que le corresponde ante la epidemia del coronavirus, conviene que suenen todas las alertas. Y al mayor volumen posible. Ha llegado el momento de temer lo peor.
La palabra de la que estamos hablando fue “compatriotas”, que se escuchó durante la rueda de prensa posterior a las varias reuniones del Consejo de ministros que tuvieron lugar ese mismo día, y que volvió a aparecer, por lo menos en dos ocasiones, en la comparecencia del Presidente del Gobierno. De esta son notables varias cosas, en particular la frialdad increíble de Sánchez, su falta de compasión -lo que ahora se llama empatía- con los enfermos y los potenciales contagiados, que somos todos. Y eso mismo es lo que hacía más llamativo el recurso a un término como “compatriotas”, que implica, muy en primer lugar, la capacidad de sentir el sufrimiento de los demás españoles como propio.
Ni que decir tiene que la aparición de la palabra “compatriotas” es el banderín de enganche de una estrategia de comunicación que insistirá hasta la saciedad en la unidad de acción: de agentes sociales, de partidos (no todos, por supuesto, pero esa es otra cuestión) y de Comunidades Autónomas, indispensable por estar descentralizadas las competencias sanitarias. Al mismo tiempo, ya se ha puesto en marcha otra línea de trabajo, que es la que se propone dinamitar el prestigio y el trabajo de la Comunidad de Madrid, a la que seguirán la de Galicia (Feijóo hará bien en recordar el Prestige) y todas aquellas no gobernadas por los diversos miembros de la coalición progresista. Porque esto es lo que revelan, con una claridad que sólo los ingenuos ignorarán, los llamamientos a la unidad y al patriotismo hechos por los socialistas españoles.
No es cuestión de que el centro derecha replique las patologías progresistas. Lo importante es que sepa a qué atenerse y que prepare una respuesta adecuada. Todavía hay tiempo, dado el retraso que lleva un gobierno que hasta el momento de desbordarse todo no se ha puesto al frente de la crisis. Recuérdese que fue el PSOE, con el 11 M, justo hace 16 años, el que puso en marcha la demolición de la nación española que sigue en curso con Pedro Sánchez.
La Razón, 12-03-20