La España de Podemos
Pocos días después de dictaminar que los independentistas catalanes habían “salido de la realidad” por querer salirse de la Unión Europea, Podemos presenta hoy un recurso contra la aplicación del artículo 155 de la Constitución… por presión de esos mismos independentistas a quienes criticaba antes. No hay forma, por tanto, de saber con claridad dónde se sitúa Podemos en el post procés, y parece que dependerá del día, de las encuestas o de las presiones el que coloque más cerca de la defensa de la unidad y la legalidad constitucional o más próximo al independentismo. En el fondo, Podemos recoge el legado de las ambigüedades del socialismo español en el asunto de la nación. Lo acentúa, porque predomina en sus filas el elemento universitario, tanto o más progresista que de izquierdas.
El progresismo hizo siempre de la distancia con España una seña de identidad. La España tal como existe no valía y había que imaginar otra. Es lo que anda buscando Podemos, y por eso se centra en la crítica a la falsificación que de la auténtica España ha hecho la monarquía parlamentaria, el nefasto régimen del 78. Ahora bien, en vez de abrazar y levantar, como podía haberlo hecho –en un gesto auténticamente revolucionario- la bandera del nacional populismo español, se pierde en desmentidos, dudas y trivialidades, como la de “Conectar España”.
Así los podemitas no conseguirán despejar la idea de que son el instrumento que en la política nacional tienen los radicales, desde los batasunos a los independentistas catalanes. Y con esa imagen no se ganan elecciones ni en el conjunto de España, ni en Cataluña.
La Razón, 04-12-17