De la lírica a la épica. «El caballero de Olmedo» en música

La temporada del Teatro de la Zarzuela arranca con una nueva ópera, de tono y raíz clásicamente española: El caballero de Olmedo con música de Arturo Díez Boscovich y libreto de Lluìs Pasqual.

Cuando Lope de Vega se puso a escribir El caballero de Olmedo, en torno a 1620, tenía en la cabeza una copla famosa en toda España: “Que de noche le mataron / al caballero / la gala de Medina / la flor de Olmedo”. La seguidilla había adquirido vida propia desgajada de un baile que ponía en escena un crimen cometido entre las ciudades castellanas de Olmedo y Medina. Entonces como ahora, la combinación de belleza masculina, nocturnidad y crimen resultaba irresistible. Y como siempre en Lope, la música jugaba un papel de primer orden. Estaba en la inspiración primera, una canción que todo el mundo conocía y cantaba. Y estaba también en la variedad métrica, que constituyó desde el primer momento una de las marcas de la “comedia nueva” creada por Lope y sus amigos. Entre las primeras óperas españolas se cuenta La selva sin amor, del propio Lope, y la variedad métrica y musical de su teatro sirvió de inspiración para la naciente ópera italiana.

El recurso a la famosa seguidilla revela también la importancia de la poesía en el teatro español clásico, presente aquí también en el soliloquio petrarquista con el que arranca la obra, o en la glosa de otra copla famosa (“Puesto el pie en el estribo…”). La música y la poesía configuran así una obra canónica en el repertorio clásico español, por apurar al máximo las posibilidades de una estética y ponerlas al servicio de un drama muy particular. Los recuerdos celestinescos, la comedia urbana, la de capa y espada y el drama de celos quedan subordinados al destino ineluctable que espera a Don Álvaro. Don Álvaro no lo busca, ni lo provoca. Es un buen muchacho, un poco inseguro pero valiente, devoto hijo de familia, respetuoso con las reglas convencionales de las relaciones amorosas. Y sin embargo, está condenado a morir porque algo más poderoso que cualquier realidad humana, como es la Muerte, lo quiere para sí. (…)

Seguir leyendo en Ópera Actual, 01-11-23