«La Regenta». La víctima absoluta
Por fin se ha estrenado en Madrid la versión operística de La Regenta, con libreto de Amelia Valcárcel y música de María Luisa Manchado. La novela de Clarín, llevada al cine en varias ocasiones, vuelve con una versión que actualiza su mensaje y su estética, en un montaje coproducido por el Teatro Real y el Teatro Español.
En el dormitorio de Ana Ozores, la protagonista de La Regenta, se despliega una piel de tigre a modo de alfombra, pero en el estreno de la adaptación operística de la obra en Madrid la famosa piel no apareció por ninguna parte. Intentaremos aclarar el misterio. Como se sabe, La Regenta es un retrato minucioso y extenso de los círculos selectos de Oviedo, disfrazada con el nombre nada afectuoso de Vetusta. Observador y narrador genial, consumado estilista, Clarín concentra la acción en ese universo mínimo. La protagonizan Fermín de Pas, guapo, atlético y ambicioso canónigo magistral de la catedral; Álvaro Mesía, otro hombre joven y guapo, aristócrata que conquista y corrompe, con violencia si es necesario, a las mujeres de la localidad; Víctor Quintanar, respetable funcionario ajeno a la pulsión erótica. Y la mujer de este, la muy hermosa Ana Ozores, hija de una modista italiana reintegrada en la buena sociedad gracias a su matrimonio con un hombre que desconoce las necesidades sentimentales y eróticas de su esposa.
Todo se juega en la rivalidad del cura y el señorito por los favores de Ana. Se trata de un puro folletín, como tantos de la época. Claro que la materia folletinesca ha dado excelentes resultados en la ópera. Más aún, es un género crucial en la creación operística del siglo XIX. El folletín concentra y aclara la acción, la situaciones y los personajes. Recuérdese Lucia, La Traviata y las múltiples adaptaciones de Manon, tan deudoras de La dama de las camelias como de la novela del abate Prévost. (…)
Seguir leyendo en Ópera Actual, 01-01-24