Madama Butterfly. De la ironía al melodrama

Madama Butterfly (en italo-franco-inglés) se llamó una vez Madame Chrysanthème (en francés). Tampoco era una geisha, es decir una profesional del entretenimiento, diríamos hoy. Era una de esas jóvenes japonesas que los padres casaban con algún extranjero durante la estancia de estos en Japón. El matrimonio se daba por terminado cuando el extranjero dejaba el país. Era un arreglo práctico, sobre el que nadie se engañaba: ni el extranjero, ni la familia, ni la muchacha. Y al hombre de fuera, el arreglo no le salía barato.

Pierre Loti (1850-1923) era marino, y escritor de cierto renombre en Francia, cuando llegó a Japón en 1885, a bordo del barco de guerra La Triomphante. Se llamaba Viaud de apellido, pero firmaba Loti desde que una reina de Tahití le dio ese nombre, que es el de una flor local. Tras atracar su barco en el puerto de Nagasaki, Loti se apresuró a casarse con la hija de una familia de la localidad con la que compartió una casa típicamente japonesa en uno de los barrios altos de la ciudad. La historia terminó cuando el barco quedó listo para zarpar hacia Francia.

A partir de esa experiencia, y de su diario, Loti escribió su novela Madame Chrysanthème, que logró un éxito monumental. El escritor, siempre prendado de las  atmósferas exóticas, se había subido a la ola de japonismo que barría Francia justo cuando Japón había emprendido su política de occidentalización. Lo hizo con su elegancia característica. Con frases cortas, capítulos breves centrados en una única escena, Loti, en un estilo del que Azorín se inspiraría, dibujó un retrato inolvidable de una sociedad que apenas entiende, como reconoce él mismo, pero que le entretiene y le divierte. Tampoco hay complacencia, ni en su personaje ni en el retrato de Mme. Chrysanthème (Okane-San). Menos aún hay pasiones desbordadas. Lo exótico japonés está tratado con una sonrisa: con humanidad, pero sin truculencias, un poco como lo hizo Saint-Saëns en su ópera breve La princesse jaune (1972). (La obra de Loti inspiró a André Messager su encantadora “comedia lírica” del mismo título, estrenada en 1893). (…)

Seguir leyendo en Ópera Actual, 28-06-24

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