Vida y muerte de Marina Abramovic
Madrid. Teatro Real
The Life and Death of Marina Abramovic
Dir. esc.: R. Wilson
13 de abril
El arte de la “performance” llegó –eso cuentan las crónicas antiguas- a que un artista austríaco se seccionara el pene. La cosa ha decaído bastante, como muestra la función presentada en el Teatro Real.
Cuenta la vida de la “performer” Marina Abramovic, centrada en la atormentada relación con su madre. Durante unas dos horas y media, Abramovic canta (muy mal) y se pasea con aires de grandeza por el escenario, imitando a María Callas. (Probablemente se figura que Callas fue una top model de los años cuarenta o cincuenta.) También hay un cantante, Antony, que entona unas baladas que en el Festival de Eurovisión merecerían un puesto cercano al 30 o al 35. El actor Willem Dafoe hace de narrador con el histrionismo que siempre le ha caracterizado, y todo va amenizado por los mismos amaneramientos que tanto éxito han proporcionado a Robert Wilson desde hace treinta años. El otrora inquietante arte de la “performance” se ha transformado en algo parecido al escaparatismo, dignificado con dinero público, eso sí.
Durante el entreacto corrió el rumor que la Iglesia serbia, país de origen de la protagonista, ha iniciado los trámites para la beatificación de la madre de Marina Abramovic, que aguantó durante tantos años a su hija. Este cronista está en condiciones de desmentir el infundio. Las fuentes consultadas, de toda solvencia, creen recordar que hubo una mujer barbuda, también llamada Marina Abramovic, que protagonizaba un llamativo número en un circo ambulante en la Yugoslavia de tiempos de Tito.
Ópera Actual, 05-12