
Movida por la necesidad de espolear la reflexión en torno al problema suscitado por Zola, doña Emilia Pardo Bazán (que todavía no era condesa) publicó entre 1881 y 1882 una serie de artículos a los que tituló La cuestión palpitante. De que lo era, y mucho, lo prueba la polémica desatada…