Overbooking en la izquierda
La salida de Errejón de Podemos señala uno de los problemas a los que se enfrentan las organizaciones surgidas con la crisis de los últimos años. Más que construir partidos políticos, quisieron dar voz a “la gente”, practicar la democracia directa, dar ejemplo de fluidez postmoderna. Así se llega al liderazgo caudillista. El resultado es la inexistencia de mecanismos institucionales que minimicen los enfrentamientos y hagan posible la convivencia de perspectivas discrepantes. Si a eso se añade la curiosa idea que Pablo Iglesias tiene del liderazgo, más cercano a una “celebrity” que al compromiso que requiere la jefatura de una organización seria, se entiende lo que está pasando. Podemos parece encaminarse a una situación como la de la antigua Izquierda Unida, con picos de en torno el 10 % del electorado, y eso siempre que evite seguir practicando el fraccionalismo que tanto entusiasmo suscita en la extrema izquierda.
La salida de Errejón plantea otro problema, y es la aparición de una nueva fuerza política que compita con lo que va quedando de Podemos. El problema será aún mayor si, como parece verosímil, la operación con Carmena va más allá de la candidatura madrileña y apunta a algo más ambicioso. Podría ser una nueva organización, tal vez con un fuerte matiz ecologista que ha sido el motivo central del Ayuntamiento madrileño durante su mandato.
Ahora bien, nunca la opción ecologista ha triunfado en la política española. Además, Errejón tendría que encauzar ese proyecto por una vía menos estrecha en lo ideológico. En los partidos de este tipo que están teniendo éxito en algunos países europeos, lo verde es una marca para atraer a ese votante más o menos joven, “urbanita” y conectado, cosmopolita –ni que decir tiene- y favorable a la inmigración con el que sueña toda la izquierda. Errejón no consiguió su dosis de transversalidad en Podemos y nada garantiza que lo consiga en este punto crucial. Tampoco está claro que la izquierda dé para tres partidos, como serían PSOE, Podemos y una versión más intensamente verde de Ahora Madrid. En cualquier caso, es seguro que las elecciones municipales van a abrir un nuevo espacio de competición dentro de la izquierda. Y que el PSOE, y no sólo Podemos, tiene mucho que perder.
La Razón, 22-01-19